Advertencia: este artículo contiene spoilers para la novela El nombre de la rosa y todas las obras derivadas de ella, incluyendo la película, el videojuego y muchos mas.
Una biblia con las páginas impregnadas de un veneno absorbido por la piel, o en algunas versiones, que es ingerido al lamerse los dedos para tener mas agarre a la hora de dar la vuelta a las hojas[1].
Este método ha sido un clásico para matar monjes excesivamente curiosos por mas de seis siglos desde 1980. Hasta donde sabemos fue descrito por primera vez en El nombre de la rosa de Humberto Eco, que puede describirse a grosso modo como una novela policíaca ambientada en un monasterio del siglo XIV
Por supuesto, emplear una biblia para estos propósitos es un tanto... problemático. No por la blasfemia en sí[2], sino porque es el libro mas tocado, sobado y besado (incluso en eventos oficiales) que podemos encontrar en nuestra pequeña parodia de mundo, de forma que el número de víctimas colaterales será... considerable.
En el argumento original no era un problema porque lo que se pretendía era eliminar a cualquiera que le pusiera las manos encima a un libro específico. En el juego tampoco lo es... porque es gracioso.
[1] Francamente, dadas las condiciones higiénicas de la edad media, cualquier persona que se llevara esas cosas a la boca debería estar muerto. Asumo que la gente de la época tenía sistemas inmunológicos mas entrenados.
[2] Habiendo decidido pasarse el quinto mandamiento por el forro, estropear un poco un libro no debería importar; por otro lado, a los auténticos fanáticos les tiende a importar mucho menos la destrucción de una vida humana que la de una reliquia...
