lunes, 24 de enero de 2011

Cáscara de plátano

Uno de los gags más conocidos de la historia del humor es el resbalón con una cáscara de plátano. Tanto que posiblemente sólo se use ya en las parodias.

Aquí es donde apareció la Cáscara de plátano, que originalmente iba a representar al pobre monje que resbala y caía en ¿un pozo de lava? ¿un foso con pinchos? ¿pirañas? ¿cocodrilos? Para comprender esta carta hay que entender primero que Papado comenzó de forma muy espontánea. Tanto, que su base la conformaron dibujos divertidos, que podían o no, adaptarse al juego. Podían no adaptarse, porque, por ejemplo, aún no sabíamos el tamaño físico de las cartas y si cabrían o no dichos dibujos.

Cáscara de plátano (la original) no cabía. ¡No pasa nada! La haremos más pequeña. Pero quizás por lo limitado de nuestras habilidades pictóricas, no pudimos hacer un dibujo pequeño, donde apareciese un monje resbalando hacia una muerte segura y que al mismo tiempo nos permitiese ver claramente la piel de plátano. Y mucho menos de un modo gracioso.

Entonces vino el pensamiento lateral. ¿Nunca les ha parecido que la monda de un plátano se asemeja un poco a la típica boca de planta carnívora? ¿ni un poquito? Bueno, pues nosotros sí, y es aquí donde aparece este plátano gigante y mutante y carnívoro, para devorar a estos pobres feligreses. Extraña vuelta de tuerca al conocido gag.

Y si Dios es un mono, una carta a tener en cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario